Por una Bretaña libertaria

Independencia sí, pero no para reproducir los esquemas de opresión oficial... Es muy bonito reclamar una Bretaña, una Córcega, una Occitania, un País Vasco libres del Estado jacobino francés. Los movimientos de "liberación nacional" una vez llegados a un determinado nivel de poder de toma de decisiones no hacen sino reproducir, con más o menos matices, el sistema que antes denigraban. De oprimido se convierte en opresor, de explotado se convierte en explotador... Esto se refiere tanto a los movimientos de emancipación situados a la derecha del tablero político, como a los movimientos de izquierda. En efecto: tanto unos como otros no vuelven a poner en cuestión el eslabón principal de la opresión, es decir la idea misma de un poder oficial. La ideología comunista autoritaria se basa en una concepción piramidal de la revolución: es necesario que ésta esté supervisada y dirigida por un Estado que imponga colectivizaciones y nacionalizaciones. En este sistema autoritario donde la revolución se vuelve institucional, el Estado es todo y el individuo no es nada. Lo que se llama bien cínicamente "el poder del pueblo" se encuentra concentrado en las manos de algunos miembros del aparato del Estado que deben representar los intereses de millares de individuos. La Historia nos ha demostrado hasta dónde puede llegar la deriva totalitaria de estos supestos sistemas revolucionarios.

Sin hablar de revolución, antes mismo de pensar en la evolución política y social, conviene pues preguntarse sobre la naturaleza de la opresión en general y sobre la idea de poder. El anarquismo o socialismo libertario, tiene como base de reflexión la libertad del individuo y rechaza lógicamente el Estado que es una estructura política opresiva que reduce al individuo a un simple número que conviene educar en el respeto de la religión oficial. Para luchar contra el poder oficial autoritario y dar un máximo de emancipación a los individuos, dos palabras inevitables se imponen: la autogestión y el federalismo. Sin embargo, estos dos conceptos fundamentales no toman su valor revolucionario que asociados estrechamente a un ideal social de economía solidaria. Ya que es totalmente posible querer suprimir al Estado conservando al mismo tiempo una economía liberal basada en el beneficio de una minoría a costa de la mayoría. Es el caso precisamente de los ultra liberales que ven en el Estado un obstáculo a su enriquecimiento personal. Las ideas anarquistas, por su parte, combinan el combate contra el Estado con un combate anticapitalista y dan la posibilidad al individuo de abrirse plenamente. Es pues en una perspectiva libertaria como debemos orientar las luchas revolucionarias de emancipación del pueblo.

Bretaña solo será libre una vez liberada del Estado (ya sea francés o bretón.) y del capitalismo, generador de una zanja social cada vez más importante. Sin embargo la lucha por una Bretaña libertaria no puede concebirse sino en una lucha a nivel mundial. En esta perspectiva el combate bretón debe constituir una chispa que puede implicar a otros, en particular en las luchas de emancipación que son un tanque potencial de cambios sociales radicales.

 

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  (Articulo publicado en el Huchoèr n° 1 )